El otro día hablando con una amiga le comenté lo fácil y lo difícil que es entrenar a un equipo femenino "de mayores" como lo denominábamos en la conversación.
Fácil por que ellas lo ponen fácil por su actitud hacia el entrenamiento, por su disposición al sacrificio, al esfuerzo, a darlo todo en cada momento, por su dialogo constante con el entrenador expresando a cada momento sus necesidades y hasta donde pueden llegar, por muchas cosas. Son conscientes que vuelven a esto del baloncesto con alguna carencia física y que el esfuerzo es el único camino para dar todo lo que llevan dentro. De igual modo saben de sus limitaciones ya que el proceso para llegar a ser jugadoras senior no ha sido como debería, pasando por todas las categoría. Pero ellas luchan cada día contra todas las adversidades con toda la ilusión del mundo, con unas ganas locas de hacer las cosas bien, aquí más que en cualquier sitio el lema de "lo importante es participar" se hace evidente al 100%.
Es difícil porque las exigencias son muchas y no hablo deportivamente, igual que se entregan en cuerpo y alma, también exigen un alto grado de compromiso, de esfuerzo por parte del entrenador, de dedicación y de respeto, todos... todas remamos hacia un mismo punto y no es otro que disfrutar de esto que llaman baloncesto, alguna de ellas solo van a entrenar y con eso tienen bastante, con esto muestro el alto grado de compromiso y de solidaridad que conlleva este proyecto que a mi me está cambiando mi modo de ver el baloncesto, ahora es más directo, mas humano, más útil, más precioso, más inteligente, lleno de pequeños matices extraordinarios.
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