MIEDO A GANAR

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El sabado pasado nos desplazamos a Totana a disputar el encuentro de liga de 1ª Autonómica de la jornada 18. En la Escuela de Baloncesto Salesianos acumulábamos 3 derrotas consecutivas y la sensación de ganar de forma imperiosa hacía de dicho desplazamiento un reto añadido, nadie dijo nada antes del viaje pero todos sabíamos que este partido había que ganarlo fuera como fuera. Para colmo el primer entrenador Eduardo Noguera, por problemas personales, se ausento del mismo.

Toda la semana anterior se había hecho entrenamientos específicos de defensa, ya que se había notado una relajación en este aspecto, la intensidad defensiva era para el segundo entrenador (Ruben Fariñas) la clave del triunfo, no solo de este encuentro sino del resto de la temporada. En la charla prepartido se hace indicaciones de esto último y se insta a los jugadores a trabajar de una forma intensa.

En los primeros minutos del encuentro parece tener efecto los comentarios del entrenador y la capacidad del equipo es buena llegando a realizar contraataques con cierta solvencia, en el primer cuarto las sensaciones eran buenas y se tenía la certeza de estar realizando un buen encuentro, no es que jugamos a un muy alto nivel pero veníamos de jugar un muy mal partido y las sensaciones, respecto al encuentro anterior, estaban siendo diferentes.

El segundo cuarto fue diferente y es ahí donde "EL MIEDO A GANAR" se apoderó de todos, lo que hasta entonces había sido fluidez y ganas de ganar, valga la reiteración, se convertían en "DUDAS", dudas a que ese estilo de juego fuera efectivo, dudas a que los jugadores en pista fueran los apropiados, dudas a que la defensa fuera la clave del encuentro, duda a que mi compañero sea el apropiado para tirar para penetrar o simplemente dudas a que si le paso se tire un "chufo" y para que él se lo tire me lo tiro yo, etc, etc. Y cuando uno tiene dudas empieza a hacer las cosas que no son normales que se haga, cuando uno NO confía en lo que está haciendo, ni en sus compañeros, ni en su entrenador empieza a fabricarse una nueva manera de jugar, pero no se hace en equipo, cada uno por su cuenta se "lo monta por su lado" y entonces se ven situaciones en el campo muy chocantes, jugadores que hacen un de "costa a costa", un escolta levantándose en la pintura con 3 altos al rededor, tiros a canasta en situaciones que no son claras, bases que no paran de botar sin ningún sentido, pívot recibiendo en la esquina para tirarse un triple sin una posición clara, aleros que solo se dedican a penetrar sin doblar y sin un pasillo claro para ello. Pero esto también se traslada al entrenador que empieza a hacer cambios probando un quinteto con algo de criterio, incluso coloca en el campo a tres pívot en busca de cargar el juego interior, pero nada funciona y del miedo a ganar pasamos al miedo de perder de paliza con un equipo de la zona de abajo, llegamos a perder de catorce puntos y nos fuimos al vestuarios con la sensación de haber tirado el partido.

La charla en el vestuario es puramente técnica no se hace referencia al estado anímico ni a las sensaciones en el encuentro, solo un servidor alienta a los jugadores a jugar con un poco de criterio y no jugar cada uno por su lado.

El tercer cuarto nos sirve para atemperar la situación, la ventaja no va a más y el equipo se calma y empieza a recuperarse gracia a veteranos que tiran del carro para apaciguar los brotes de protagonismo que se vieron en el segundo cuarto.

El cuarto cuarto se pone una defensa presionante 2-2-1 que hace sus efectos y se reduce la ventaja y nos ponemos por delante gracias a múltiples regalos de los totaneros, en ataque se vuelve a tener más confianza en nuestro juego y se llega a tener una renta de unos ocho o nueve puntos que hasta el final nos ayuda a mantener la victoria.

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