Durante esta temporada no espera decir que mis peques hubieran ganado un partido, hablar de una victoria me parecía una utopía hace solo unas semanas, por fin metimos canasta en los momentos claves del partido y junto a una defensa magnífica fueron las claves de un triunfo con mucho sabor. Hay victorias de muchas formas y de muchos colores, para los equipos acostumbrados a eso es uno más, pero para el nuestro, que es nuestra primer triunfo, suena a recompensa, a regalo, a sorpresa, a felicidad, a lucha, a compañerismo, a sacrificio, a consecución de un objetivo, a miles de cosas.
Después de ir administrando las derrotas durante toda la temporada toca decir a los cuatro vientos que HEMOS GANADO y que el trabajo que llevamos haciendo desde hace unos cuantos meses ha tenido sus frutos. Una victoria hay que asimilarla con la misma coherencia que una derrota, pero hay ocasiones que la alegría, la satisfacción y el entusiasmo no te permite ni razonar ni ser coherente con tus principios, es más, un jugador me ha dicho hoy que no entiende mi alegría al ganar - ¿tu no dices que el resultado es lo de menos?, entonces cuando ganamos tampoco el resultado es importante - los niños se fijan en todo y tienen, en muchas ocasiones, más sentido común que cualquier adulto, y este jugador tiene más razón que un santo pero, pero, pero hoy he reunido al equipo y les he dicho que las victorias hay que saborearlas intensamente, una victoria es la recompensa a las horas de entrenamiento, es la recompensa a todos los sacrificios que se hacen para hacer baloncesto, es el resultado del interés por aprender, una victoria es la mejor experiencia de un deportista, encierra tantas sensaciones que luchar por la victoria puede ser el objetivo de un equipo, aunque nuestro objetivo no sea ese, es bonito y gratificante vivir la experiencia.
El sábado, el domingo, el lunes, hoy y creo que mañana y durante mucho tiempo voy a tener una alegría inmensa, me está costando poner en palabras esta sensación. Hoy (por ayer) he ido a entrenar con una sonrisa de satisfacción difícil de disimular, los padres y madres me explicaban la experiencia de la victoria y he comprendido que algo había cambiado en ellos, estamos todos enganchados a esto del basket, ellos son también protagonistas, son los verdaderos hacedores del triunfo del sábado y a los que tenemos que dedicarlo, los padres y madres siempre han apoyado a sus hij@s y al equipo y yo siempre me he sentido respaldado por ellos, a pesar de todas las derrotas. No obstante el tiempo nos ha dado la razón y pasados unos meses dejamos de hacer el ridículo y ya no nos pegan palizas y ahora somos como el barsa que damos espectáculo y buen juego (Antonio esto lo pongo por nosotros dos) los padres/madres disfrutan viendo a su hijo jugar y seguro que como yo se sienten orgullosos de haberles dado la oportunidad de vivir las sensaciones de una victoria.
1 comentarios:
Que emocinonante como me hubiese gustado estar ahí y haberlo compartido contigo Juan. Enhorabuena a todos y buen trabajo los crios se les nota muy felices y no por haber ganado sino por tenerte como entrenador.
Un abrazo ENTRENADOR.
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