La psicología y el baloncesto es una combinación muy explosiva si no se utiliza con unos amplios conocimientos de una y de otra cosa. Los entrenadores tiramos en muchas ocasiones de manual de psicología y en la mayoría de las veces erramos en el intento (con lo fácil que es tirar del sentido común y hacer las cosas que se espera de un entrenador, ni más ni menos, sin más alarde ni florituras ) queremos ser más papistas que el papa y nos empeñamos en enseñar baloncesto de cara a la galería con gestos y maneras que están de más en un entrenador que se precie. A mi no me gustan estas formas de estar en un partido, ni me gustan los excesos por demasía ni por escasez.
En más de una ocasión en este blog he hablado que estamos tratando con personas totalmente formadas, con unas motivaciones para la práctica del baloncesto muy marcadas. Creer que estamos por encima de estas motivaciones es estar en un error, l@s chic@s de los cuales nos hacemos cargo durante un año o más, practican el baloncesto a pesar de nosotros, por encima de nosotros y si nosotros les dejamos con nosotros.
Hay que mantener un equilibrio muy difícil a la hora de conjugar la práctica deportiva con la consecución de logros, la motivación por el triunfo es fundamental en la práctica deportiva pero no puede ser el único motor del mismo, por lo menos si a esos logros nos referimos a ganar partidos, Las pequeñas victorias que son la realización de gestos complicados o movimientos complejos colectivos por ejemplo, pueden ser uno de los objetivos de un entrenador, a esto podíamos llamarle la orientación positiva de las motivaciones del deportista.
Cuando el triunfo del encuentro está lejos, la consecución de pequeños logros nos hace acercarnos a la realidad del jugador. Pero cuando el victoria se puede conseguir quedarnos solo con los pequeños logros nos hace frustrarnos y salir con la sensación de haber fracasado. Hay que conjugar, como ya he dicho, la práctica deportiva con la consecución de logros y cuanto más altos sean estos mejor, si se pueden conseguir y están a la mano se debe intentar por lo menos.
En realidad los deportistas deben y quieren conseguir el triunfo, negarles esta posibilidad no puede ser un modo de actuar del entrenador, sea cual sea el motivo del mismo, por encima de todo se encuentra los logros colectivos, (el equipo por encima de las individualidades).
1 comentarios:
Permíteme Juan , ya que tu blog es muy leido por el baloncesto murciano y más allá , ampliar el conocimiento (que sé que tienes , pero no usas para no enfollonar las entradas )de los blogeros con un "poquico" de jerga PSICOLÓGICA :
Esos pequeños objetivos a marcarse (practicar una jugada ya entrenada , pulir un gesto técnico, etc.)se llaman OBJETIVOS DE REALIZACIÓN , y su apropiada inclusión en los partidos ...siempre motiva a los jugadores.
Los grandes objetivos (ganar un partido , perder de menos de 20 contra el CB MURCIA , quedar 4º en la liga regular , etc) son los llamados OBJETIVOS DE RESULTADO , y hay que calibrarlos con mucho cuidado , para que no estresen (si el listón está muy alto)...o desmotiven (si el listón esta demasiado bajo) al joven jugador.
Y los objetivos que marca un entrenador SÍ o SÍ para el partido (todos defendemos , presión en el saque ,actitud , etc.) se llaman OBJETIVOS PRIORITARIOS y el que los incumple...se expone a la justa recriminación del entrenador.
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