CUANDO DEJAS VIVO AL CONTRARIO

Cuando “dejas vivo al contario” lo único que puede pasar es que termines perdiendo el partido y eso es lo que me pasó el sábado. Rondaba el minuto 6 del primer cuarto cuando le comenté a Lucas, mi segundo, que no estaría nada mal subir la ventaja a 8 ó 10, en aquel minuto íbamos ganando de 6 y veía factible dicha posibilidad, sabía que iba a ser un partido con pocos puntos de diferencia y cualquiera que fuese capaz de irse del marcador de más de 10 puntos se llevaría el gato al agua.

Pero por una serie de motivos terminamos el cuarto empatados a puntos y no sería descabellado decir que se esfumaron las posibilidades de un triunfo. En un partido se dan, en determinadas fases, las circunstancias necesarias de “romper el partido”, dejar vivo al contrario te puede traer muchas complicaciones, no terminar de ganar el encuentro le da al rival las fuerzas necesarias para ir a por él, aunque sean peores, en la pista se moverán con la soltura necesaria para que sigan vivas la posibilidad de ganar.

En mi etapa en el equipo senior pude vivir en muchas ocasiones como equipos netamente inferiores nos terminaban ganando por esto que os digo, por no terminar de “matar el partido”, creas en el contrario la ilusión de ganar y dicha posibilidad les hace entregarse en cada acción. Siempre se dice que el que viene de atrás lleva ventaja por tener una moral más alta, una ilusión y un objetivo claro y admisible.

Hay barreras psicológicas que son los 15, 10 y bajar de 0 puntos, son escalones que se deben franquear para una buen remontada o para mantener una ventaja. Hay partidos donde se intuye que una corta ventaja es suficiente y otros donde trabajar con ventajas de 15 ó 18 puntos no te asegura el triunfo. Cada partido es un mundo con sus circunstacias que los hace únicos, un buen entrenador debe leer perfectamente cada una de dichas circunstacias para actuar en consecuencia.

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